Capitulo 4
Cuando
lali salió del despacho, peter se recostó en su silla, exhalo lentamente y se
froto la sien derecha en el punto donde comenzaba a levantarse un dolor de
cabeza.
El
no tenía dolores de cabeza… si no contaba a la mujer que acababa de marcharse,
desde su traje de diseño, con el que podría pagarse su sueldo de un mes, hasta
sus exorbitantes caros zapatos, lali esposito era un gran dolor de cabeza.
Si,
cierto, podía ser despampanante con esas interminables piernas, grandes pechos,
unos enormes ojos negros y un cabello largo de un café solo doble, pero en
cuanto la había visto fisgoneando por la oficina había sabido que le daría
demasiados problemas.
Tenía la etiqueta de princesa
de alta sociedad pegada en la cara. La ropa cara, el
maquillaje perfecto, el acento cultivado, todo ella se resumía en una cosa:
había perdido la cabeza al contratarla por hacerle un favor a su papi. Cuando
Nico le había pedido que le diera un empleo a su preciosa niñita, había
accedido a regañadientes y por ello, cuando la había visto paseándose por el
pasillo como si ese lugar fuese suyo en lugar de haberse quedado sentada
esperando, había querido ponerle las cosas algo difícil y hacerle pasar un mal
rato.
La
había puesto a prueba, la había presionado con la esperanza de que ella se
sacudiera la melena, agarrara su bolso de diseño y saliera de allí para volver
a su acomodada vida. Y, sin embargo, lali lo había sorprendido al seguirle la
corriente, al mantener el tipo y, sobre todo, al parecer sinceramente feliz al
conseguir el empleo, lo cual le hacía preguntarse: ¿Por qué una adinerada
princesa de la alta sociedad necesitaba un trabajo? ¿Por qué ahí? ¿Qué le había
sucedido en Sídney para terminar viviendo a miles de kilómetros de allí?
Sacudiendo
la cabeza, levanto el teléfono sin importarle la diferencia horaria entre
Melbourne y Vancouver. Tenía que llamar a Agustín, de inmediato.
¿¿¿¿¿:
Agustín lanzani
Peter:
ey hermanito ¿sigues en la oficina?
Un
chillido ensordecedor le dio una respuesta antes de que Agustín pudiera
contestar
Agustin:
no, estoy en casa cuidando de los gemelos, cande es suplente de la protagonista
en mamma mia y hoy es el estreno.
Peter:
me alegro mucho por ella –se detuvo cuando un <<dámelo ya>> se
filtro por el teléfono y no pudo evitar reírse.—es mis sobrinos favoritos
Agustin:
mas bien yo diría <<los pequeños tiranos>>
Un
fuerte golpe seguido de unas lagrimas lo hizo sonreír mas todavía cuando agus
murmuro
Agus:
dame un minuto
Peter:
no te preocupes.
Mientras
su hermano atendía sus deberes domésticos, el ojeo el escueto curriculum de
lali, para ser realistas, si no le hubiera debido un favor a nico, que le había
puesto en contacto con una empresa de cruceros que contrataron los servicios de
algo salvaje cuando había empezado con el negocio, habría seguido entrevistando
a mas candidatos, de todos modos, ya no tenía tiempo ahora que en breve
comenzarían con nuevas excursiones. Por eso la había contratado, con zapatos de
tacón de aguja llamativo traje incluido.
Si, ese ceñido traje había sido demasiado; una chaqueta ajustada y una falda
lápiz que se pegaba a sus curvas. Si estaba tan bien con un traje, se
preguntaba como estaría con su atuendo
favorito para una mujer: vaqueros ajustados, jersey de cuello alto y un
cortaviento. Estaba seguro que unos vaqueros desgastados le sentarían muy bien
y se ceñirían de maravilla a ese trasero que había podido ver cuando ella había
salido del despacho, y por un momento lamento no poder estar cerca de ella para
descubrirlo. El modo
en que sus ojos se había iluminado y sus labios se habían tensado mientras el
flirteaba le hizo pensar que una fiera pasión por la vida corría por sus venas.
Y donde había pasión, solía haber una mujer ardiente esperando que una suave
caricia sofocara su fuego. Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que había jugado con
fuego con una mujer y tenía el repentino y loco deseo de ver si lali querría
jugar a la pirotecnia con el
Ya
estoy aquí—dijo Agustín resoplando por el teléfono—los he puesto delante de la
tele con unas galletas saladas y un zumo. Eso me dará unos cinco minutos de
paz.
Peter:
no se cómo lo haces
Y
era cierto, no lo sabia teniendo en cuenta que ellos jamás habían tenido un
buen modelo paterno, salvador lanzani los había ignorado a los dos y solo le
había dedicado tiempo a su hijo mayor, pablo, y cuando pablo murió en un accidente
de tráfico, su recalcitrante padre se había cerrado en si mismo completamente.
Incluso ahora, después del éxito que los dos habían logrado en su vida,
salvador rara vez se lo reconocía y actuaba como si sus hijos pequeños no
existieran, por todo ello, peter admiraba aun mas a agustin y el labor que
estaba siendo con los gemelos
Agustin:
es un trabajo duro, más duro que cualquier acuerdo de negocios, pero me encanta
Pudo
oír verdaderamente emoción en la voz de su hermano y por un segundo lo envidio
a pesar de que él había dejado eso de formar familias a los que querían atarse
a un lugar, a una persona. Pero él no era de esos. Estar emocionalmente unido a alguien, incluso
a unos niños, equivalía entregar su corazón
y dividirlo. Demasiado doloroso, demasiado arriesgado, demasiado
masoquista.
Agustin:
bueno, ¿Qué pasa?
Mientras
se frotaba con la mano en el lado izquierdo del pecho que parecía haber recobrado
vida por un impactante segundo, soltó el curriculum de lali sobre la mesa
Peter:
hoy he entrevistando a lali esposito
Agustin:
es fantástica…
Peter:
hmmmmm
Agustin:
es que no te ha gustado?
Le
había gustado demasiado, ese era el problema, y no tenía nada que ver con su
puesto como guía turística para su empresa
Peter:
no es eso. Me parece que esta demasiado verde
Agustin:
todos hemos tenido que empezar en algún sitio
Un
comentario muy justo y cierto, si tenía en cuenta que el se había pasado años
viajando por el mundo después de haberse licenciado, cambiándose de un trabajo
a otro, de un lugar a otro, por miedo a que el pasado…… y los recuerdos de su
hermano fallecido ….. Lo atraparan.
Si no hubiera sido por agustin, que lo ayudo a fundar algo salvaje, aun
seguiría por ahí deambulando, persiguiendo sombras.
Peter:
¿sabes que nico esposito me llamo para que le hiciera un favor y la contratara?
Agustin:
si, pero después de la entrevista inicial supe que seria una buena candidata de
todos modos—agustin se detuvo y se aclaro la voz – odias deberle nada a nadie.
¿de esos se trata?
Continuara…………………………………………………….
No hay comentarios:
Publicar un comentario