viernes, 18 de enero de 2013


 Capitulo 4

Cuando lali salió del despacho, peter se recostó en su silla, exhalo lentamente y se froto la sien derecha en el punto donde comenzaba a levantarse un dolor de cabeza.
El no tenía dolores de cabeza… si no contaba a la mujer que acababa de marcharse, desde su traje de diseño, con el que podría pagarse su sueldo de un mes, hasta sus exorbitantes caros zapatos, lali esposito era un gran dolor de cabeza.      
Si, cierto, podía ser despampanante con esas interminables piernas, grandes pechos, unos enormes ojos negros y un cabello largo de un café solo doble, pero en cuanto la había visto fisgoneando por la oficina había sabido que le daría demasiados problemas.                                                                                                               Tenía la etiqueta de princesa de alta sociedad pegada en la cara.                                La ropa cara, el maquillaje perfecto, el acento cultivado, todo ella se resumía en una cosa: había perdido la cabeza al contratarla por hacerle un favor a su papi.                                                                                                                                             Cuando Nico le había pedido que le diera un empleo a su preciosa niñita, había accedido a regañadientes y por ello, cuando la había visto paseándose por el pasillo como si ese lugar fuese suyo en lugar de haberse quedado sentada esperando, había querido ponerle las cosas algo difícil y hacerle pasar un mal rato.                                                                                                                                                                           La había puesto a prueba, la había presionado con la esperanza de que ella se sacudiera la melena, agarrara su bolso de diseño y saliera de allí para volver a su acomodada vida. Y, sin embargo, lali lo había sorprendido al seguirle la corriente, al mantener el tipo y, sobre todo, al parecer sinceramente feliz al conseguir el empleo, lo cual le hacía preguntarse: ¿Por qué una adinerada princesa de la alta sociedad necesitaba un trabajo? ¿Por qué ahí? ¿Qué le había sucedido en Sídney para terminar viviendo a miles de kilómetros de allí?                                                                                                                                                                                  Sacudiendo la cabeza, levanto el teléfono sin importarle la diferencia horaria entre Melbourne y Vancouver. Tenía que llamar a Agustín, de inmediato.

¿¿¿¿¿: Agustín lanzani

Peter: ey hermanito ¿sigues en la oficina?
Un chillido ensordecedor le dio una respuesta antes de que Agustín pudiera contestar

Agustin: no, estoy en casa cuidando de los gemelos, cande es suplente de la protagonista en mamma mia y hoy es el estreno.

Peter: me alegro mucho por ella –se detuvo cuando un <<dámelo ya>> se filtro por el teléfono y no pudo evitar reírse.—es mis sobrinos favoritos

Agustin: mas bien yo diría <<los pequeños tiranos>>

Un fuerte golpe seguido de unas lagrimas lo hizo sonreír mas todavía cuando agus murmuro
Agus: dame un minuto

Peter: no te preocupes.

Mientras su hermano atendía sus deberes domésticos, el ojeo el escueto curriculum de lali, para ser realistas, si no le hubiera debido un favor a nico, que le había puesto en contacto con una empresa de cruceros que contrataron los servicios de algo salvaje cuando había empezado con el negocio, habría seguido entrevistando a mas candidatos, de todos modos, ya no tenía tiempo ahora que en breve comenzarían con nuevas excursiones. Por eso la había contratado, con zapatos de tacón de aguja  llamativo traje incluido. Si, ese ceñido traje había sido demasiado; una chaqueta ajustada y una falda lápiz que se pegaba a sus curvas. Si estaba tan bien con un traje, se preguntaba como estaría  con su atuendo favorito para una mujer: vaqueros ajustados, jersey de cuello alto y un cortaviento. Estaba seguro que unos vaqueros desgastados le sentarían muy bien y se ceñirían de maravilla a ese trasero que había podido ver cuando ella había salido del despacho, y por un momento lamento no poder estar cerca de ella para descubrirlo.                                                                                             El modo en que sus ojos se había iluminado y sus labios se habían tensado mientras el flirteaba le hizo pensar que una fiera pasión por la vida corría por sus venas. Y donde había pasión, solía haber una mujer ardiente esperando que una suave caricia sofocara  su fuego.                                                                                                                 Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que había jugado con fuego con una mujer y tenía el repentino y loco deseo de ver si lali querría jugar a la pirotecnia con el
Ya estoy aquí—dijo Agustín resoplando por el teléfono—los he puesto delante de la tele con unas galletas saladas y un zumo. Eso me dará unos cinco minutos de paz.

Peter: no se cómo lo haces

Y era cierto, no lo sabia teniendo en cuenta que ellos jamás habían tenido un buen modelo paterno, salvador lanzani los había ignorado a los dos y solo le había dedicado tiempo a su hijo mayor, pablo, y cuando pablo murió en un accidente de tráfico, su recalcitrante padre se había cerrado en si mismo completamente. Incluso ahora, después del éxito que los dos habían logrado en su vida, salvador rara vez se lo reconocía y actuaba como si sus hijos pequeños no existieran, por todo ello, peter admiraba aun mas a agustin y el labor que estaba siendo con los gemelos

Agustin: es un trabajo duro, más duro que cualquier acuerdo de negocios, pero me encanta

Pudo oír verdaderamente emoción en la voz de su hermano y por un segundo lo envidio a pesar de que él había dejado eso de formar familias a los que querían atarse a un lugar, a una persona. Pero él no era de esos.  Estar emocionalmente unido a alguien, incluso a unos niños, equivalía entregar su corazón  y dividirlo. Demasiado doloroso, demasiado arriesgado, demasiado masoquista.

Agustin: bueno, ¿Qué pasa?

Mientras se frotaba con la mano en el lado izquierdo del pecho que parecía haber recobrado vida por un impactante segundo, soltó el curriculum de lali sobre la mesa

Peter: hoy he entrevistando a lali esposito

Agustin: es fantástica…

Peter: hmmmmm

Agustin: es que no te ha gustado?

Le había gustado demasiado, ese era el problema, y no tenía nada que ver con su puesto como guía turística para su empresa

Peter: no es eso. Me parece que esta demasiado verde

Agustin: todos hemos tenido que empezar en algún sitio
Un comentario muy justo y cierto, si tenía en cuenta que el se había pasado años viajando por el mundo después de haberse licenciado, cambiándose de un trabajo a otro, de un lugar a otro, por miedo a que el pasado…… y los recuerdos de su hermano fallecido ….. Lo atraparan.                                                                                                    Si no hubiera sido por agustin, que lo ayudo a fundar algo salvaje, aun seguiría por ahí deambulando, persiguiendo sombras.

Peter: ¿sabes que nico esposito me llamo para que le hiciera un favor y la contratara?

Agustin: si, pero después de la entrevista inicial supe que seria una buena candidata de todos modos—agustin se detuvo y se aclaro la voz – odias deberle nada a nadie. ¿de esos se trata?


Continuara…………………………………………………….

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